Llevo ya mucho tiempo sin escribir. Me propuse salir de esta con la cabeza alta y la mente fuerte siguiendo los consejos de mi terapeuta, neurólogo y los libros que me han enseñado que «el daño no es lo mismo que dolor». Que es cuestión de que mi cerebro desaprenda y que el camino es dificil. Asi que llevo desde Octubre en proceso de desintoxicación de químicos con tanto aprendizaje, como incomodidad y brotes. El de hoy está siendo de los horribles, y no me daba uno asi en meses, así que hoy me dejo llevar y caerme y llorar un poco, la verdad.
Ya solo tomo 8 pastillas de las 12 que tomaba diariamente y lo considero un triunfo. Es un grandísimo camino. En mi última revisión con mi médico, le conté los problemas tan enormes y llamativos que tengo de memoria (no los típicos de la edad), y de dislexia tanto hablada como escrita. Mi cerebro está de alguna manera colapsado, o sedado, o deformado pero no rige como debería regir a mi edad.
Así que el reto era y es enorme y me lo propuse con firmeza y dignidad. No son tantas pastillas como las que hubiera querido dejar, pero abandonando mi exigencia, reconozco que es un gran logro. Eso sí, los efectos rebote son escandalosos, y me doy cuenta de que no me duele ni más ni menos con una dosis menor, lo que me indica que el cuerpo se acostumbra a todo lo que le des, y cuando quieres quitarlo, se queja y mucho. En conclusión, que efectivamente me he vuelto una adicta a los químicos (antiepilépticos y anticonvulsivos todos ellos), y esto me hace pensar en qué demonios me ha ido pasando para que todas estas dosis hayan sido el alimento para mi neuralgia, en el fondo, sin hacerme nada. Si me los quito y permanezco igual, ¿qué han hecho todo este tiempo? …. Pues supongo que tranquilizar a mi cerebro y a mí misma de forma velada. Porque los hechos dicen que en realidad, no han hecho sino axfisiar mis capacidades cognitivas y volverme algo más tarumba de lo que ya estaba.
Hoy estoy teniendo un brote de los de órdago a la grande. La buena noticia es que casi se me habían olvidado, y cómo duele ¡¡madre mia!! Pero en el segundo que asoma por mi ojo, se anestesia, se bloquea, y se electrocuta… el miedo vuelve a invadirme de forma odiosa y siento un pánico indescriptible. Vivir con dolor no es letal, pero es agónico. Lo he pasado tan mal estos ultimos años, que solo de pensar en que esto vuelve para quedarse, me vengo abajo.
Así que hoy toca descansar, aceptar estos miedos tóxicos, y pensar que mañana se habrá ido esta sombra insoportable tan real como palpable, que sin saber de dónde viene, ni cómo aparece, me grita y yo no sé cómo tranquilizarle sin una pastilla.
Es bueno que distingas el daño del dolor¡¡¡¡¡Y el dolor como se sabe, ha venido sin saber como ni porque, y hay que tener la esperanza de que algun dia se marchara de la misma manera.Es la esperanza de tu papi el abuelete…….Animo , besos y sigue escribiendo que le va bien a las neuronas
Muchas gracias papi… eres el mejor!!! solo el apoyo del bueno como el vuestro me ayuda en momentos así, y es verdad que escribir me ayuda a pensar en otra cosa. Qué ilusión tu mensaje.
¡Ánimo valiente! 🥰. Tu amiga “la gorila” reza para que se vaya por donde vino y que esté cerca el día en que no vuelva. Toda mi admiración y cariño
Gracias «gorila mía» 😉 Afortunadamente tu estás muy cerquita de Dios y seguro que te escucha más que a mí – aunque «hágase su voluntad» me es complicado muchas veces. Pero ahí seguimos, gracias por estar tan cerquita.
Poco puedo decir… lo describes de una manera tan clara que es imposible poner un punto o una coma. Solo decirte, una vez más, que te admiro por ser capaz de gestionar lo que estás viviendo de esa manera tan sincera y tan valiente.
Y seguiré rezando para que el puñetero dolor te abandone para siempre… pero claro, es que vivir contigo es una experiencia tan apasionante y completa que ni siquiera el dolor quiere alejarse de ti… aunque es lo que a todos nos gustaría.
Espero que el cariño que te mando te de algo de energía para sobrellevarlo.
❤️❤️❤️❤️❤️
Ay Nuria, mira que eres bonita y cariñosa conmigo. Me ayuda y mucho. La red siempre sostiene e imposibilita que te vayas mas abajo. Yo no sé para qué tengo esto, seguro que algún sentido tiene, y no sabes cuánto y cómo te agradezco que me acompañes en este viaje intenso. Te lo agradezco de y con todo mi corazón.
Ni siquiera sé qué decir, a pesar de tener la necesidad de decir algo. Te daría ánimos, pero casi se los das tú a l@s demás. Ojalá pudiera hacer magia y quitarte el dolor de un plumazo. Te mando todo mi cariño, un abrazo muy fuerte y un montón de besos.
Muchas gracias, siempre ahí a mi vera acompañándome como la canción que tanto me sana ;). Ojala, supongo que el dolor tiene su propósito y su sentido, como todo. De esta salgo un poquito «wonderwoman» al final, ya verás. Un montón de besos de vuelta!!